Por primera vez en 17 años, una mujer fue premiada con el Nobel de matemáticas. ¿Buena noticia o preocupante? La verdad, ambas. Por una parte, nos vuelve a remecer la baja participación femenina en carreras STEM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), donde ocupamos un 34% en América Latina, según la Unesco, pero también nos entrega una nueva oportunidad para hablar sobre la necesidad de un cambio que termine con el sesgo en la formación de profesionales. Más aun considerando que estas materias constituyen los empleos del futuro.
Dentro del mundo de las tecnologías, el campo de la inteligencia artificial (IA) es considerado hoy uno de los transformadores más importantes del mundo laboral, organizacional y social. Las aplicaciones de IA nos sugieren qué productos comprar, qué música escuchar, qué películas ver y a quién contratar. Lamentablemente un estudio realizado por LinkedIn y World Economic Forum (The Global Gender Gap Report 2018), demostró que sólo el 22% de los profesionales en IA en el mundo son mujeres, incluso cuando el número subió 190% entre 2015 y 2017.
«Necesitamos más mujeres diseñando, entrenando y construyendo algoritmos y software. También, niñas que desde su experiencia escolar se motiven y sepan que pueden desarrollarse en áreas STEM».
La tecnología y la ingeniería son campos históricamente manejados por los hombres y las aplicaciones de IA muestran insistentemente estos sesgos. Un ejemplo real es lo ocurrido en Amazon. El 2014 utilizaba un sistema basado en IA para revisar los CV de quienes postulan a la empresa. A un año de implementarlo, la empresa se dio cuenta de que el algoritmo de ranking de candidatos para los cargos técnicos no era neutral respecto del género, dado que el sistema fue “entrenado” con datos de postulantes de los últimos 10 años, casi en su totalidad hombres. El sistema “aprendió” que eran preferibles este tipo de postulantes para cargos técnicos. Amazon corrigió sus algoritmos de puntuación, pero nada descarta la posibilidad de que otro tipo de sesgos a nivel de lógica algorítmica exista en la aplicación.
Es hora de que la diversidad se vea reflejada en todos los campos de la sociedad y la tecnología puede colaborar en esto. Necesitamos más mujeres diseñando, entrenando y construyendo algoritmos y software. También, niñas que desde su experiencia escolar se motiven y sepan que pueden desarrollarse en áreas STEM. Camino difícil, pero posible con voluntad e intención de todas las partes.
Que mujeres sean destacadas con reconocimientos tan relevantes como el Nobel de matemática son pequeños pasos que abren camino a otras mujeres, impulsando a que nuestras jóvenes sientan que el camino de la tecnología, de la ciencia y de la ingeniería son posibilidades apasionantes, no sólo para desarrollar sus capacidades y conocimientos, sino además para transformar el mundo integrando la perspectiva femenina y la diversidad al aprendizaje de las máquinas.