Entrevista a Verónica Vargas, consultora de CLA Perú.
En estos días, muchas organizaciones están iniciado operaciones. Se escucha entusiasmo y expectativa por el regreso a las oficinas. Sin embargo, también se escuchan personas preocupadas por este retorno. “Vamos a encontrar distintos desafíos al regresar a trabajar, algunos podremos manejarlos con facilidad y otros tomarán más tiempo”, explica la consultora de CLA Perú, quien desarrollo la temática en un webinar para la para la Red de Alumni de la Universidad del Pacífico y Diario Gestión de Lima.
¿Cuáles consideras que son los principales problemas que enfrenta una organización al volver al trabajo post pandemia?
Enfrentaremos problemas de dos tipos, algunos técnicos y otros adaptativos. Los primeros, son problemas conocidos, tienen respuesta o conocemos a alguna autoridad que la tiene. Por ejemplo, cómo armar un procedimiento para el ingreso a la oficina, cómo ajustar horarios para no coincidir todos a la vez, cómo acomodar el mobiliario para mantener la distancia social exigida hoy.
En paralelo, enfrentaremos también problemas adaptativos, aquellos que son nuevos y que generan mucha incertidumbre, pues no existe un especialista que sepa exactamente cómo proceder. Los desafíos adaptativos, como no tienen una única solución, generan diferentes perspectivas sobre cómo afrontarlos. Incluso, estas miradas pueden ser opuestas.
¿A que te refieres con miradas opuestas?
Por ejemplo, nos llegará un correo del gerente general dicendo: “Con mucha expectativa, les confirmo que, a partir de mañana comenzamos a operar, los esperamos en la oficina. Acuérdense de seguir con los protocolos en el ingreso, ascensor y recuerden ir con mascarilla”.
Frente a esta mirada, encontraremos diferentes reacciones: Un grupo estará feliz, sentirá entusiasmo por ver de nuevo a las personas con las que venía trabajando. Estas personas probablemente valoran la interacción cara a cara y están seguros que “viéndose podrán gestionar mejor a sus equipos”.
Otro grupo estará seriamente preocupado, quizá estas personas viven con alguien que tiene perfil riesgo si se contagia de COVID-19. Seguramente, otorgan hoy, más que nunca, un valor mayor a la protección, a la salud. Posiblemente, se preguntan “¿qué pasa si llevo el virus a casa?”, “¿qué pasa si digo que no puedo ir a trabajar y prefiero mantener el trabajo virtual?, ¿me botarán?”; “¿qué puedo hacer si alguien está en reunión y se retira la mascarilla?”, “¿cómo y dónde almorzaremos?”.
Finalmente, encontraremos un tercer grupo con una mirada distinta. Son personas que no tienen una preferencia en especial frente a este desafío. Si tienen que regresar a la oficina, lo harán, pero si no, no encuentran mayor problema. Para estas personas, el desafío les es indiferente.
Si analizamos estas tres perspectivas de manera tradicional, pensaremos que hay un grupo que se resiste al cambio, es decir a regresar a la oficina después de tantos meses de trabajo virtual. Si analizamos estas tres perspectivas desde la propuesta de liderazgo adaptativo, encontraremos que las personas no se resisten al cambio, sino a lo que pierden producto de él.
Entonces, ¿qué pierden las personas de los tres grupos planteados?
Probablemente, las personas del primer grupo encuentran pocas pérdidas al ir a la oficina, incluso encuentran más beneficios. El segundo grupo, percibe grandes pérdidas, vinculadas con la seguridad y con su capacidad de control de una situación que les genera miedo e incertidumbre. El tercer grupo, en cambio, posiblemente encuentra un balance entre las pérdidas y los beneficios, por lo que no le significaría un problema volver a la oficina.
Entonces, quienes se resisten, se resisten a perder seguridad y control, pero esta pérdida no es tangible, es emocional y eso la hace distinta.
Estas miradas contrarias surgirán y es importante tomarlas en cuenta. La pregunta es qué hacemos con ellas, cómo las gestionamos. No se trata de dar una respuesta técnica a un problema adaptativo, por ejemplo, proponer una norma, un procedimiento o capacitar en protección no será suficiente. Hay personas con miedo, por lo que este desafío debe ser afrontado de manera adaptativa.
¿Cuáles serían las sugerencia ante una situación como esta?
Frente a desafíos adaptativos, habrán diferentes perspectivas, así que ten conversaciones transparentes para saber quiénes tienen una mirada parecida a la tuya y quieres no. Da cabida a las diferentes voces, escúchalas, no para responder, sino para comprenderlas y definir distintos escenarios en base a las opiniones que escuchas.
Aquí no hay receta, ya que los desafíos adaptativos no tienen una solución conocida y todas las personas vinculadas son parte del problema y de la solución. Tendrás que experimentar y, por medio de ensayo error, definir nuevos escenarios. Frente a desafíos que nunca antes hemos vivido, la mejor solución es una construcción de las diferentes miradas.