La Tercera: “De un mundo lineal a uno exponencial”

Con motivo de la reciente visita a Chile de Francisco Palao, uno de los máximos autores del concepto «Organizaciones Exponenciales» y co-fundador de Open Exo, parece oportuno reforzar ciertas ideas respecto a los cambios sociales, empresariales y tecnológicos que estamos enfrentando a nivel mundial, y que todavía no sabemos ver con claridad, pero que debemos entender para seguir siendo rentables en este entorno.

La reconocida frase «lo único constante en la vida es el cambio» quedó atrás hace mucho tiempo, y hoy estamos en un momento donde los cambios son exponenciales. Los avances en la tecnología se duplican cada año y los costos se dividen a la mitad. Y nuestra capacidad de entendimiento y planificación no está preparada para enfrentar esta velocidad.

Esto es lo que habla en sus relatos Palau junto al experto Salim Ismail, al explicar la paradoja de cómo ciertas compañías han logrado éxitos insospechados, irrumpiendo en industrias consolidadas y haciendo temblar a los actores más poderosos gracias a la cultura del crecimiento exponencial.

La implicación más importante de las tecnologías exponenciales, y de la cuarta revolución Industrial, es que estamos pasando de un entorno de escasez a un entorno basado en la abundancia. Lo que supone un reto a nivel empresarial y social.

A diferencia de las empresas tradicionales, la organización exponencial tiene la capacidad de generar disrupción y transformar industrias completas en muy poco tiempo, y deja de lado el modo de crecimiento lineal, aprovechando activos como su comunidad, personal bajo demanda, Big Data, Inteligencia Artificial y otras nuevas tecnologías.

Nuestro estilo empresarial conservador y cuidadoso -que tanto valor tuvo y que nos trajo hasta donde estamos como país- hoy podría jugarnos una mala pasada, privándonos de enormes oportunidades de negocios, de protagonismo o en el extremo negativo, de sobrevivir.

En tanto, las compañías que habitarán el mundo son compañías que se están lanzando a aprovechar los desarrollos tecnológicos para su ventaja, probando lo nuevo y rompiendo sus propios esquemas, antes que alguien lo haga por ellos. Algunos antes, otros después, pero la disrupción es una realidad incuestionable.

Frente a la imposibilidad de «adivinar» el futuro, serán aptitudes como la innovación, la capacidad de cambiar y la velocidad las que nos guiarán al éxito. Y para que esto ocurra, hay ciertos valores clave que fomentar: la apertura, para tomar lo diferente y entender el cambio; la valentía, para abandonar nuestras seguridades y éxitos del pasado; y la tenacidad, para avanzar rápido y con decisión, adelantándose para ganar la batalla.

Este tipo de crecimiento no parará. Por el contrario, nos encontramos en un momento clave en el que el mundo comenzará a cambiar tan rápido, que será difícil seguir el paso. El desafío está lanzado, ¿seremos capaces de enfrentarlo?