Gregorio Etcheverry, Sebastián Trujillo, Miguel Manzanilla y Florencia Salim
Los datos de un reciente estudio realizado por CLA Consulting buscando medir la Capacidad Adaptativa de diferentes tipos de organizaciones, arrojaron algunos resultados que llaman a reflexionar a las organizaciones más tradicionales dado que éstas son las que aparecen con la menor Capacidad Adaptativa (Figura 1). Sumado a esto se pone el foco en la evolución que pueden tener las startups (Empresas emergentes con potencial de crecimiento exponencial debido a su propuesta de valor o ventaja competitiva basada en innovación y tecnología) al crecer, sufriendo posibles modificaciones a su capacidad adaptativa, y cómo se encuentran en un punto de inflexión en el que pueden pasar a transformarse o no en unicornios, es decir llegar a una valoración de US$1.000 millones.
Figura 1:
Se consideran empresas grandes a organizaciones con más de 200 personas.
Se consideran a empresas tradicionales las que no son startups.
Dentro del proceso evolutivo que las startups pueden tener y en el marco del ecosistema del emprendimiento, los llamados “unicornios” dan pistas del camino a seguir mostrando ciertos elementos relevantes que aportarían en la explicación de su éxito.
En términos de estilos de liderazgo, en general podemos señalar ciertos patrones de comportamiento. Quienes dirigen los unicornios se destacan por ser personas altamente exigentes, apasionadas, flexibles y que ponen mucha atención al talento que invitan a ser parte de sus equipos. Un talento que sea capaz de tomar riesgos, experimentar, de desafiar y tener una mentalidad de crecimiento. Al mismo tiempo con alto foco en resultados y entendiendo que el desafío de crecer se juega en ser capaz de poner más estructura y orden sin perder el espíritu emprendedor.
Sin embargo, el talento no basta por sí solo para lograr el éxito. Sumado al espíritu emprendedor de sus fundadores, resaltan ciertos atributos culturales que vale la pena destacar y que permiten a este talento desplegar su máximo potencial. Según el estudio (figura 2), parecen ser 5 los atributos que hacen la diferencia:
1. Apertura a la discrepancia y al cuestionamiento de ideas con independencia de las jerarquías.
2. Oportunidades de desarrollo y crecimiento profesional dentro de la organización.
3. Espacios intencionados para el intra emprendimiento que permitan aprovechar las nuevas ideas.
4. Cultura de retroalimentación permanente, más allá de las instancias formales de evaluación de desempeño.
5. Motivación personal, promoviendo que las personas conecten su propósito con el de la organización, buscando generar un impacto positivo en la sociedad.
Figura 2: Variables con mayores diferencias entre Unicornios y Startups grandes
Independientemente del tipo de organización en la que estés, tomar algunos de los aprendizajes de los unicornios no parece una mala idea. Y si sientes que estás muy lejos, te compartimos algunas prácticas concretas que puede ser efectivas para dar los primeros pasos y avanzar hacia una cultura que permita que el talento despliegue su máximo potencial:
1. Desde los liderazgos, generar espacios en los que los equipos sientan que pueden experimentar y tomar riesgos sin temor a sanciones. Imperdonable no aprender de los errores y compartir ese conocimiento.
2.Tener instancias periódicas de retroalimentación en la que se conversa sobre los resultados y principalmente, sobre la dinámica y forma de trabajar de los equipos.
3. Reconocimiento y valoración de la diversidad de miradas y disciplinas a la hora de formar equipos para encontrar soluciones a problemas complejos.
4. Invertir mucho tiempo en contar historias y usar la narrativa para dar sentido y entregar contexto de cada proyecto e iniciativa que se emprenda, sobre todo en aquellos casos que signifique una nueva manera de hacer las cosas.
5. Evitar las grandes inversiones de recursos económicos y tiempo en ideas o iniciativas que no se han probado previamente en pilotajes acotados. Equivócate rápido y barato.
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